Venezuela, en las peores manos en toda su historia, aún en peores circunstancias que durante su condición de provincia española, incluso durante la guerra de independencia, entonces teníamos claro un enemigo y el combate abierto era cuerpo a cuerpo, a la espada y bayonetas, a lo sumo al fragor de cañonazos y fusilería que más desacertaban el tiro que mataban, ni aún en el 1813, cuando Venezuela, herida en el corazón como dijo Miranda, Bolívar perdía la plaza y fortalezas de Puerto Cabello.
Solo falta Ortega el monstruo de Nicaragua. |
Gral. José Antonio Paéz padre de la nacionalidad venezolana. |
Después de la independencia de España, lejos de llegar la paz, Páez no logra aglutinar las apetencias de los caudillos regionales que asolaron al país entero con sus alzamientos armados a lomo de caballo, más bandolerismo que patriotismo, vino la llamada Guerra Federal y Guzmán Blanco por una década civiliza la nación, otorgándole identidad nacional con su Gloria al Bravo Pueblo, como himno nacional, decreta la educación pública y obligatoria, hace de Caracas una capital al mejor estilo parisino, dándole personalidad, poco dura su gobierno, sería Juan Vicente Gómez, ya en los albores del siglo XX, quién pone termino definitivo al caudillismo bandolero y contumaz, su régimen de gobierno se rodea de personajes ilustres e intelectuales como su gabinete ministerial, establece una Constitución Federal y mediante el Congreso designa presidentes civiles para el poder ejecutivo, reservándose la comandancia de las Fuerzas Armadas, impulsando la paz social y el trabajo, con las concesiones petroleras ajusta la economía, fomenta la agroindustria y ganadería, y en honor al Libertador Simón Bolívar en el centenario de su muerte en al año 1930, paga en su totalidad la deuda pública externa asumida por Venezuela desde su independencia de España; en el aspecto institucional establece la escuela militar y formaliza el ejército nacional, su armada y funda la aviación militar venezolana, entre otros tantos méritos de su dictadura, muy a pesar, su régimen se conoce más por la persecución y prisión de sus opositores, pero poco se dice de su gobierno bien hechor.
Benemérito Gral. Juan Vicente Gómez. |
Los llamaron tiranos, pero construyeron nuestra nacionalidad, éstos otros tiranos actuales y de oprobio, patean nuestra nacionalidad en nombre de una supuesta “soberanía” y “antimperialismo” pero a su modo y muy convenientes intereses, entregando el territorio nacional a sus potencias aliadas, con el propósito de mantenerse en el poder por siempre, constituyéndose en neo oligarquía, una casta de burócratas del régimen.
Ahora estamos peor que en la época previa a la independencia, cuando al menos éramos una próspera provincia del reino español, momentos más fatales, no veo antecedente histórico alguno que pueda comparársele al actual, bajo éste régimen de oprobio, pues por sus mecanismos de dominación hegemónica, atropellan su desarrollo social, cultural y productivo, desmantelado la infraestructura industrial del país, doblegando para dominar y posesionarse a un poder omnímodo, desarticulando toda disidencia, toda "real" oposición, recreando una ficticia democracia con falsos opositores, comodines de utileria electoral, superando las posibilidades de reacción rebelde aún de las masas populares, con sus instituciones intervenidas y politizadas, mediante la intromisión de agentes extranjeros, desafectos a los intereses de Venezuela y su soberanía.
Es de público conocimiento casos
de civiles y militares detenidos, torturados, hoy consumados presos políticos,
en el mejor de los casos sobreviviendo penurias en las prisiones del régimen de
oprobio, y en el peor de las circunstancias, vilmente asesinados por sus
captores, sea consecuencia de la tortura, sea intencionalmente infringida.
Para dignidad de nuestra patria,
el Honor y la Gloria de sus Mártires por la Libertad de Venezuela, es el decoro
más preciado, cuando en ellos marchan miles de hombres sin decoro (Tal como
decía José Martí), sin ellos, nuestros Mártires caídos, la causa por la
Democracia Venezolana estaría acéfala y desacreditada.
Renaldo Ottolina |
Hoy como en 1813, Venezuela está
herida en el corazón, poco pudo hacer la intelectualidad de grandes venezolanos
Uslar Pietri, Pérez Alfonso y tantos otros; como acertadamente visualizó el elocuente y bien ponderado
venezolano Renaldo José Ottolina Pinto: "Si las cosas siguen por este
camino, con una sociedad indolente, nunca preparada, en donde la gente pretende
que otros le resuelvan sus asuntos a cambio de que les regalen las cosas, en
donde el gobierno se mete en donde se le da la gana, simplemente porque sí, sin
el respeto a los principios morales y legales, mientras la gente por interés o
miedo no levanta su voz y reacciona, nada somos. Venezuela se enfrentará
entonces, en menos de una generación, al inmenso peligro de perderse como
nación soberana e independiente y este territorio volverá a ser una colonia de
alguien o peor aún, podría ser repartida entre muchos."
Jamás en la historia nacional de Venezuela, un análisis ha tenido mejor definición de las consecuencias hoy existentes, un país sitiado por agentes “ideológicos” extranjeros, potencias mundiales tradicionalmente enemigas de la cultura occidental, apadrinados por un régimen de oprobio, traidor a la causa republicana venezolana, permisivo de todo tipo de bandolerismo narco-guerrillero, repartiéndose al país a dentelladas.
Las naciones evolucionan al paso de los acontecimientos de su historia, escribamos hoy las páginas del porvenir de una nueva Venezuela, visualicemos ahora, como en una ópera wagneriana “El Ocaso de los dioses” pero, de los dioses del actual régimen de oprobio, malvados del peor infortunio que pueblo alguno en la historia universal haya sufrido, porque sus enemigos obran desde dentro y para ruina de su propio país.
Las naciones avanzan al paso de
su evolución histórica, y nosotros como nación no seremos la excepción, la
esperanza de un país mejor persiste, aún bajo las circunstancias más adversas, con
todo y un sistema opresor “pensado” para sustentarse por largo tiempo en el
poder, como ha sido el Castro Comunismo, las fuerzas generacionales de cambio asumirán
nuevas tareas de superar éstas oscuras páginas de nuestra vida nacional, hasta
ahora el tiempo coloca sus limites, ninguna tiranía sobrevive a la brecha generacional, los establecidos paradigmas
por infranqueables que sean, los vence su propia trayectoria ignominiosa.
Abraham Puertas.