viernes, 20 de mayo de 2016

El Diezmo, Contribución de Acción Social.

Esta era una norma de la Ley Mosaica
(establecida por el patriarca Moisés en el antiguo testamento)
fue abolida por Jesús en el Nuevo Testamento.
Nuevo pacto, entre Dios y los Hombres
(Gentiles entiéndase el mundo no hebreo).
Mucho se discute sobre la naturaleza del diezmo en la iglesia de Cristo, en nuestro caso los católicos, aportamos ya al final de la eucaristía una cantidad dineraria voluntaria, más o menos según nuestra capacidad económica, en otras situaciones ese aporte o contribución se puede incrementar de acuerdo a las necesidades de la comunidad de feligreses y de la misma parroquia, por supuesto es menester comprender que los curas también comen, visten, se enferman, se trasladan y necesitan del apoyo de su comunidad, pero ese diezmo así llamado por tradición, no representa necesariamente el 10% de nuestro jornal o producción en especie.

Es significativo argumentar que Jesús de Nazaret, tenía su propio tesorero, según el evangelio de San Juan, 13. 29-31, Judas Iscariote, uno de sus apóstoles; Judas siguió a su maestro durante su predicación por las localidades de Judea y Galilea, pero, fue el apóstol traidor que reveló a los miembros del Sanedrín el lugar donde podían capturar a su Maestro, el Monte de Los Olivos,  sin que por ello los otros 11 apóstoles lo impidieran, tal como había anunciado el propio Jesús durante la Última Cena. 

San Juan 13. 29. Como Judas era el tesorero del grupo, algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que fuera a pagar la comida o que diera algo de dinero a los pobres. 30 Así que Judas se fue enseguida y se internó en la noche. 31 En cuanto Judas salió del lugar, Jesús dijo: "Ha llegado el momento para que el Hijo del Hombre entre en su gloria y, por causa de él, Dios será glorificado"; en el mismo Evangelio de Juan señala como un antecedente la felonía de Judas, ya que él era el tesorero y, según ese evangelio, Judas se apropiaba del dinero destinado a los pobres. San Juan 12. 6.


Según los cuatro evangelios de los apósteles, Judas guió a los guardias del Sanedrín para arrestar a Jesús, hecho consumado al besar su mejilla, indiciando a su líder y maestro, (San Marcos 14. 43-46) a cambio fue recompensado con treinta piezas de plata (San Mateo 26. 15); Judas se arrepiente de su acto de traición, intentó devolver las monedas a los sacerdotes del templo, y éstos al no recibirlas, las arroja sobre el suelo del templo. Desesperado por su conciencia, se suicida ahorcándose en un árbol (San Mateo 27. 5). 

Judas ha pasado así ante la tradición cristiana como el apóstol traidor, ganándose el descredito y la antipatía del pueblo, expresándose en la quema, apedreamiento o linchamiento ritual de numerosos muñecos llamados Judas en Carnaval, Semana Santa u otras fiestas populares, es el Día del Judas celebrado en diversas localidades latinoamericanas y en España. Este resentimiento hacia Judas, se ha traspolarizado hacia los sacerdotes judíos que contrataron sus servicios, contribuyendo al antisemitismo, facilitando la formación de un estereotipo negativo sobre el pueblo judío; a ello ayudó que Judas proviniera de Judea, región netamente judía, de esta forma Judas=Judea=Judío, es un término que deriva del nombre del reino de Judá (del hebreo יְהוּדָה, Yehudá, hijo de Jacob, según los eruditos poliglotas como el Zuliano Padre Laudy Zambrano). Lamentablemente dicha generalización se generó en dichos perjuicios muy a pesar de que evidentemente Judas no era el único judío entre los apóstoles, pues los demás apóstoles eran judíos y no traicionaron a Jesús y del hecho que el mismo Jesús era judío de nacimiento.

Ahora bien, venimos tratando el tema del diezmo en la iglesia de Cristo, sin embargo parecería contradecirse este asunto en cuestión si le damos una lectura superficial a los evangelios, éstos nos dicen que Jesús era tan pobre que no tenía dónde recostar su cabeza: "Jesús le dijo: las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza" San Mateo 8. 20; San Lucas 9. 58, pero a todas éstas se reconoce a Jesús de Nazaret como el Rey de Israel, por supuesto, Jesús no era un Rey a la usanza de aquellos tiempos, él no tenía un palacio, ni séquito, mucho menos un ejército, ni ropaje suntuario; Jesús era un Rey no por lo que atesoraba ni poseía, sino por su propio ejemplo mediante su persona en presencia y obras. Él es el Rey de Reyes y Señor de Señores.

Entonces, no tenía casa propia, excepto la carpintería de José como herencia, situada en el caserío Galileo de Nazaret, pueblito situado entre las colinas de Galilea cubiertas con Olivares, mirando al Valle de Jezreel; pero Jesús tenía un tesorero, cuando Jesús fue ungido en Betania, Judas Iscariote calculó el precio del perfume en 300 denarios. Un denario era el salario de un jornalero del campo. Si hoy un ayudante de segunda categoría gana 8 dólares diarios, comparativamente ese perfume costaría la pequeña fortuna de $2400, Judas como tesorero del movimiento predicador pensó que ese valor del precio de ese costoso perfume hubiese ingresado en su bolsa, pues Judas era un tesorero ladrón, quería tener en su caja esa pequeña fortuna para meterle mano. Así lo reporta la Escritura: "pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que echaba en ella" San Juan 12. 6.

De tal modo, aquel costoso perfume se derramó y de paso su precio no engrosó la bolsa del tesorero Judas, pero vemos como Jesús tenía tesorería y tesorero, Jesús tenía era un gerente de compras, un ministro de acción social y además un tesorero, todo centralizado en la persona de Judas Iscariote: "Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres" San Juan 13. 29.

Pues Jesús aplicaba su propio principio, “Dad y se os dará” A los discípulos no les extrañó la orden dada a Judas en la última cena, lo que vas a hacer, hazlo pronto” San Juan. 13. 27, pensaron que los apósteles que daría algo a los pobres y no evitaron que Judas saliera de la reunión pascual para entregar a Jesús posteriormente en el Olivar, donde se retirarían para descansar y orar.

Judas Iscariote como tesorero hacía compras para la comunidad de discípulos y daba donativos a los pobres, pero era un tesorero ladrón, un hipócrita farsante, pero los comentarios de que era ladrón surgieron de un análisis posterior a su traición y suicidio, ninguno de los discípulos de Jesús hubieran soportado tener un tesorero ladrón.

Al hecho de que el movimiento mesiánico de Jesús tuviera su tesorero, podemos añadir, los siguientes pasajes bíblicos, San Lucas 8. 1-3, San Mateo 27. 55-56, San Marcos 15. 40-41, San Lucas 23. 39, escrituras donde se mencionan mujeres beneficiadas por el Rey y por las bondades del Reino, ellas fueron sanadas otras liberadas de demonios, en un acto de conversión espiritual al reino de Dios, así fue desde el comienzo del ministerio de Jesús… “Galilea de gentiles; el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz” San Mateo 4. 15-16.

Este grupo de santas servidoras se puso a disposición de Jesús, y siguieron al Señor, al Rey de Reyes, y Él se dejaba servir en un acto de sublime humildad por los bienes materiales de estas activas mujeres redimidas del pecado, la lealtad de aquellas damas militantes de la comunidad de Jesús nunca conoció límites, lo Acompañaron a su Salvador en todas sus cruzadas evangelizadoras hasta el pie de la cruz, en un acto de valor mayor que el de los propios temerosos Apóstoles de Jesús.

Según el concepto de riquezas que se tenga, Jesús era pobre, pero quien cuenta para su manutención y la de los suyos con bienes de nobles mujeres como María Magdalena, María, Salomé, Juana, esposa de Chuza, quién fue el administrador del Rey Herodes, Susana y otras, no es pobre en el verdadero sentido de la palabra, San Lucas 8. 2-3, depende ontológicamente el uso de la palabra “rico” si ser rico es tener casas donde hospedarse, comidas en toda la región donde uno anda y amigos por miles, entonces Jesucristo era rico, inmensamente rico.

La importancia del diezmo es dar con alegría en el corazón, para que nuestros frutos
sean sobre abundantes y aumentar el caudal de contribución a la causa de Cristo Jesús Señor Nuestro.
Y para quién lo recibe en nombre de la Iglesia de Cristo, administrar con justicia
y en el ejercicio de las virtudes cristianas, no para la ostentación
y vil riqueza, mucho menos para la venalidad de la fe. 
Si ser rico es tener una tesorería, donde se reciban ofrendas de amor; tener un tesorero que hace compras para sostener doce discípulos, dar donaciones a los pobres, entonces Jesús era rico, pero de una riqueza moral y espiritual, mas amplia a la riqueza material; por su parte Jesucristo enfrenta a los fariseos con el espíritu de la ley al decirles… “y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” San Mateo 23. 23, esto es hacer la  justicia, la misericordia y ser practicantes de la fe, en contraposición con la moralidad  de cobrar o no el diezmo, para Jesús dijo era necesario diezmar, pero antes es necesario destacar el fin del diezmo, llevar la palabra fuente de agua viva, predicar la verdad, practicar la justicia, y militar en la fe, lo que ocasiona la inmoralidad de diezmar es la falta del espíritu en su recolección, en sus acciones y resultados, que invalidaba en el sentido último de ese buen hábito de dar diezmos y ofrendas a la iglesia de Cristo.

Jesucristo sentencia “No podéis servir a Dios y a las riquezas” San Lucas 16. “Quien pone la confianza en las riquezas no entrará al Reino: Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” San Mateo 6. 21 “Haceos tesoros en el cielo donde ladrones no minan ni hurtan» San Mateo 6. 20. Los frutos de la vida cristiana se obtienen a granel, pero hay que obtener la bendición del Señor que es la que trae prosperidad material y personal, pero cuál es la condición, seguir el buen sendero señalado por Él Señor su condición impretermitible “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” San Mateo 6. 33.

Recopilador, edición y redacción JLReyesMontiel.

Bibliografía consultada.
Desarrollo Cristiano.Com “Manejando las finanzas con sabiduría” por Ramón Bauza.
Wikipedia. Enciclopedia Libre.
Bible Gateway.