sábado, 24 de enero de 2015

La Parábola de la Higuera.

Dado que El Creador más que discernimiento nos dio espíritu con su aliento otorgándoles al Varón y a la Varona señorío sobre todas las cosas y seres vivientes sobre la Tierra, para servirse de ellos; concediéndoles además libre arbitrio sobre el bien y el mal, haciéndonos libres.

Ahora bien, la escritura es clara, muy precisa, todo árbol malo da frutos malos, por sus frutos los reconoceréis, el árbol bien plantado da buenos frutos.

Reconócelos entonces por sus obras, hónralos por sus obras y escúchalos de acuerdo a sus frutos entonces, porque  el árbol bueno da buenos frutos y buena sombra y como dice el dicho popular…-el que a buen árbol se arrima buena sombra lo cobija-. Los frutos son las obras de los hombres y su sombra su palabra que habla de Dios.

Porque en los últimos tiempos vendrán falsos profetas y dirán el Señor está aquí y está allá, vendrá acá o está aquí, más esperen y perseveren en la fé hasta la consumación de la revelación, porque nadie sabe la hora ni el momento de venida, solo Dios lo sabe, nos dejó si un dato, "Aprended la parábola de la higuera: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca." Mateo 24:32; pero también nos legó en San Lucas 13, 1-9 La Higuera Estéril,  “Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde? Pero el viñador contestó: -Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas'', 


El propietario de la Viña es Dios, Él Viñador Jesús su unigénito, nosotros la higuera estéril, Jesús con su vida, pasión y muerte fue el abono para que el hombre de frutos buenos. Dios en su amor infinito colmado de paciencia nos da tiempo para la conversión, pero el hombre es pecador de lo contrario no tendríamos libre albedrio, solo un fuerte propósito de enmienda nos libera del pecado, nos libera del mal, mediante la oración, para lograr un cambio radical en nuestras vidas.

Oíd esto y entiendan, sobre el advenimiento de Él Señor es clara la escritura,  en la Primera Carta a Los Corintios 15:51-54 “un momento, en un abrir y cerrar de ojos…” No habrá ninguna advertencia de la venida de Cristo, así como un ladrón en la noche llega sin advertencia. Por eso San Mateo 24:44 nos dice que debemos estar preparados “porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.” 

Preparados es estar limpios de corazón, perseverar en la fé hasta el fín.

Debemos velar, como el buen padre de familia vela su casa para que no sea sorprendido por el ladrón de la noche, quién es el verdadero ladrón de la noche –Satanás- entonces debemos estar protegidos con la armadura de Dios según la Carta a Los Efesios 6:13-18. Porque el diablo recorre la tierra buscando a cristianos con una grieta en su armadura.  Esto es así porque no se dejen engañar creyendo que el diablo solo se centra en los pecadores, ellos ya le pertenecen y no tiene razón para molestarse con ellos, a menos que comiencen a despertar espiritualmente a Jesucristo. La preocupación del diablo son los cristianos. Nosotros somos a quienes quiere corromper y destruir, y es por eso como vemos a hermanos, sacerdotes, pastores y predicadores caer en el camino del mal, descarriados, que incurren en falsas apreciaciones de la palabra inducidos por la iniquidad, entonces  los cristianos siempre debemos estar alertas y preparados para la hora en que regrese el Señor, defendiéndose constantemente contra los embates del pecado, contra las asechanzas del mal, cuyo artífice es el mentiroso, la serpiente antigua que es el diablo y satanás.

La armadura de Dios es la oración y ser practicante activo de sus obras, emularlo en palabra y acción, nadie puede seguir a Dios y a Mammón el hijo de Lucifer es decir las obras del mal, que son los frutos amargos perturbadores de nuestra existencia, consecuencia de nuestras acciones en el hacer del mal.

Gracias a Dios tenemos la presencia del Espíritu Santo de Dios para enseñarnos y guiarnos, por otra parte, tenemos su palabra escrita,  tenemos la vida de Jesús de Nazaret,  todo lo que necesitamos para vivir vidas santas es nuestra conversión en obediencia a la Palabra de Dios, sin ninguna excusa para buscar esa verdad en otras filosofías, ni doctrinas y religiones extrañas que confunde el verdadero camino de redención en Cristo Jesús Señor nuestro.


Simon Kings.