domingo, 9 de octubre de 2016

El Porteñazo.

“El Porteñazo” así llamada la insurrección civil y militar que tuvo como teatro la ciudad costera venezolana de Puerto Cabello, fue una sublevación de la Base Naval Agustín Armario contra el Gobierno del presidente Rómulo Betancourt, llevado a cabo los días 2 y 3 de junio del año 1962, bajo el comando del capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez, secundado por los capitanes de fragata, Pedro Molina Silva; de corbeta, Víctor Hugo Morales, y casi toda la guarnición de la infantería de marina “Rafael Urdaneta”, acantonada en la base, quienes  se rebelan desconociendo el gobierno de Rómulo Betancourt, denunciando los atropellos contra la población civil, la reiterada suspensión de las garantías constitucionales y la feroz y brutal represión contra los alzados de la insurgencia militar y civil, sublevada en Carúpano el 4 de mayo de ese mismo año.

Destructor Zulia, al darle click sobre las imágenes estas se amplían para ver sus detalles.
Una vez controlada por los sublevados la base naval, liberaron los presos políticos del Castillo Libertador, ubicado  dentro del perímetro de la base militar, donde habían sido trasladados desde varias cárceles del país para interrogatorios, hechos libres, de inmediato se incorporan a la batalla a lado de los sublevados.


Narra Héctor Rondón Lovera, fotógrafo de sucesos del diario La República…”Al llegar, haciéndole caso al mayor, nos retiramos a la pared. Luego de que habían pasado cerca de 10 tanques, empezaron a disparar de todos lados. Los muertos iban cayendo. No se veía a quienes disparaban, ocultos en las casas. Los masacraron a todos. Cayeron diez en la esquina, los que iban conmigo… Era como un cuarto para las siete. Junto a mí iba otro fotógrafo, Blasco. Cuando el último tanque, donde yo iba junto al otro fotógrafo, llegó a la esquina de La Alcantarilla, empezaron los disparos… Disparaban hasta granadas. Los tanques se fueron, finalmente, dejando a los muertos. Entonces fue cuando vimos que venía un cura por la acera derecha… Había un soldado herido. El cura trató de socorrerlo, lo levantó, trató de cargarlo. Yo tomé la foto. Era una escena horrorosa y a la vez tan humana. Blasco y yo le gritamos que saliera de ahí porque lo iban a matar”.




Aquel sacerdote era el P. Luis María Padilla, para entonces capellán de dicha base naval, quien procuró echarse al soldado herido al hombro pero… relata el Padre Padilla ante el Consejo de Guerra en su declaración como testigo… “de pronto llegó una ráfaga de ametralladora que hizo blanco en él, me paré y dándole la absolución, expiró. Otro herido me dijo al tocarlo: ‘dígale a mi mamá cómo morí’… sobre todos di la absolución y me retiré en busca de ambulancias, pero las ambulancias no se atrevían a avanzar porque el fuego se veía cerrado. Entonces, advertí mis manos y sotana llenas de sangre… desde entonces me limité a ayudar a las ambulancias y a auxiliar moribundos…”.






Enterado el gobierno, para el mediodía de ese primer día ordena que varios destructores, entre ellos el Destructor Zulia, fondeados en la rada de la base naval iniciaron bombardeo de las instalaciones de la infantería de marina del Batallón General Rafael Urdaneta, destruyendo las barracas con cañonazos de 40 mm. Se calcula que en “El Porteñazo”, murieron unas 400 personas en combates entre los militares y civiles alzados y las tropas gubernamentales.  

Héctor Rondón Lovera, nacido en Apure en 1933, fue fotógrafo en los organismos de seguridad del Estado y trabajaba como reportero gráfico de sucesos del diario La República, por eso fue enviado a documentar el Porteñazo por Freddy Martínez Rey, jefe de fotógrafos del diario; con su cámara Leica, Héctor Rondón documentó gráficamente los hechos, logrado tomar una fotografía determinante en la historia de Venezuela, titulada “La ayuda del padre” publicada en en el diario La República, y posteriormente distribuida por la agencia Associated Press, luego fue reproducida en diversos diarios y revistas internacionales y  ganándose la portada de la prestigiosa revista Life en español. Al año siguiente le fue otorgado el Premio Pulitzer de Fotografía, el más alto galardón de este tipo en los Estados Unidos y uno de los más prestigiosos en el mundo.

En la revista Columbia Journalism Review, editada por la Columbia University, dedicada a los 100 años del Premio Pulitzer, se publicaron 21 fotografías ganadoras del prestigioso galardón y entre ellas se encuentra “La ayuda del padre”.



















Rondón falleció en 1984 con el mérito de plasmar con su cámara fotográfica un momento fundamental y trascendente de la historia Venezolana.

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