sábado, 2 de julio de 2016

La sublime presencia del mal.

Arcángel San Miguel
No es una apología al mal el título de estos comentarios, es por el contrario un terrible alerta al modo como el mal entra en la vida de los seres humanos, sin percatarnos de ello el artífice de la mentira seduce de variadas formas, tiene sus artilugios propios y ajenos, más aún en estos tiempos de alta tecnología, cuando parecería cosa del pasado medieval, el mal induce apoyado con todos los recursos y medios de comunicación actual.

Vivimos en el centro de una hecatombe de medios audiovisuales nunca antes exhibido en toda la historia universal, recursos estos que no siempre se utilizan de la manera más viable al desarrollo ético e intelectual del ser humano; la vorágine venal de la industria condiciona su uso, termina entonces imponiéndose la explotación del placer humano, mediante los esquemas sigilosos de penetración, transculturización y alienación del pensamiento a través del sexo.

Cine, televisión, radio, prensa e Internet, constituyen eslabones de una sola cadena de desinformación contracultural, diría que existimos en un entorno de la contracultura y la anticivilización, con estupor vemos como aquellos recursos tecnológicos, aunque han masificado la comunicación y la universalización de la humanidad, lejos de mejorar sus condiciones de vida, se expresa como una novedosa esclavitud, es la neoesclavitud del pensamiento, generando en la psiquis del ser humano el apego necesidades creadas, mercancía y consumidor, mercancía es todo producto elaborado por el hombre para su comercialización y consumidor es el destinatario final de aquella, para lo cual la industria se apoya en todo un proceso comunicacional de medios que imponen en el mercado de consumo la necesidad de aquel producto, no siempre imprescindible para la existencia humana, pero que por hedonismo logra penetrar el interes del consumidor y termina por adueñarse de él mediante su compra.


Dentro de ese proceso comunicacional, que los tecnócratas de este siglo denominan  “marketing” entra la publicidad como instrumento de medios para el desarrollo comercial de un producto, ese producto se oferta con todo una serie de subterfugios narrativos e ilustrativos que degeneran los placeres humanos, conquistando la atención del público consumidor, quienes por mero placer deciden muy a su pesar aquella mercancía dentro de la vieja ley de la oferta y la demanda.

Si observamos con detenimiento toda la publicidad y sus recursos, explota el apetito sexual humano, porque es éste un fenómeno evolutivo de nuestra especie, intrínsecamente ligado al pensamiento humano, que nace del exclusivo instinto animal, siendo este aspecto ancestral y primitivo, el objetivo del proceso comunicacional tendente al convencimiento del consumidor para adquirir la mercancía así dispuesta mediante un diseño estratégico de consumo, creando una ficticia necesidad en la Mens Humana.        

El amor y el sexo, no son lo mismo, la procreación humana nace del amor, la concupiscencia y la fornicación del sexo, la unión de un solo hombre con una sola mujer es el fin natural de la procreación para asegurar la especie humana, la copula entre dos, tres, cuatro, una orgia, de diferentes o iguales géneros sexuales es el fin contranatural del sexo, en el amor el placer sexual nace del mutuo sentimiento de una pareja “sana” y su goce es la recompensa por la preservación de nuestra especie, el placer es el fin ultimo del sexo y éste solo genera hedonismo.

No puede haber procreación donde no existe cóncavo y convexo, esperma y ovulo, diversidad entre hombre y mujer, esa es la dialéctica ontológica de nuestra biología animal, siendo el pensamiento, lo que nos distancia de la bestia.

Es éste, precisamente el sexo, uno de los recursos mas usualmente empleado por el mal para embaucar a la humanidad, todos los males de la sociedad actual, sus desviaciones, conflictos, frustraciones, contradicciones, tienen su origen en el uso indiscriminado en esta vertiente del hedonismo humano que de humano no debería tener nada; de todas las formas de este hedonismo exacerbado, la avaricia, gula, y la lujuria, es ésta última el mas usualmente empleado por el mal, la pereza, envidia, ira y la soberbia, no son sino concomitantes al habito de aquella.

El mal entra en nuestras casas, por los medios de comunicación de masas, tv, cine, radio y hoy Internet, constituyen pilares del mal; niñas, niños, jóvenes, adultos, todos somos victimas de una explotación de medios, dirigido al consumo de sus mercancías; el asunto está como diluir esa nefasta penetración contracultural.

Este es el mensaje, Cristo es el camino, la verdad y la vida, la fuente de agua viva, su palabra escrita está en Colosenses 3 (Biblia de las Américas)

La Meta de Cristo

“Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.

La vida vieja y la vida nueva

5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6 Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca. 9 No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, 10 y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; 11 una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y en todos.

12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. 15 Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones. 17 Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre.

Relaciones sociales del cristiano

18 Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19 Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas. 20 Hijos, sed obedientes a vuestros padres en todo, porque esto es agradable al Señor. 21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. 22 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor. 23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís. 25 Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas”.

JLReyesM.